A diferencia de los carbohidratos y lípidos, el organismo humano no dispone de un sistema específico para almacenar proteínas con fines energéticos. Esto se debe a que las proteínas no cumplen una función principal como reserva de energía, sino que son componentes estructurales y funcionales fundamentales para el cuerpo. Se encuentran en los músculos, enzimas, hormonas y otros elementos clave que sostienen la vida y el metabolismo diario (Guyton & Hall, 2021).
Cuando una persona se encuentra en ayuno prolongado o sufre enfermedades como el cáncer o la caquexia, el cuerpo comienza a usar las proteínas musculares como fuente alternativa de energía. Esto sucede porque, tras agotarse las reservas de glucógeno y grasa, el organismo recurre a los aminoácidos provenientes del músculo para generar glucosa, especialmente para órganos vitales como el cerebro (Sadava et al., 2014). Sin embargo, esta estrategia de emergencia tiene un alto costo: pérdida de masa muscular, debilidad generalizada y mayor vulnerabilidad a infecciones y complicaciones metabólicas (Tisdale, 2009).
El hecho de que no existan depósitos específicos de proteínas en el cuerpo demuestra su importancia en funciones esenciales, y a la vez subraya un desafío clínico importante. En condiciones críticas, este mecanismo puede volverse perjudicial, ya que el desgaste muscular continuo compromete seriamente la calidad de vida y la recuperación del paciente. Por ello, es fundamental comprender esta característica para prevenir o tratar de forma adecuada los estados catabólicos.
Bibliografía
Guyton, A. C., & Hall, J. E. (2021). Tratado de fisiología médica (14.ª ed.). Elsevier.
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Sadava, D., Hillis, D. M., Heller, H. C., & Berenbaum, M. R. (2014). Vida: La ciencia de la biología (10.ª ed.). Editorial Médica Panamericana.
Tisdale, M. J. (2009). Mechanisms of cancer cachexia. Physiological Reviews, 89(2), 381–410. https://doi.org/10.1152/physrev.00016.2008