¿Por qué el cuerpo no almacena proteínas?

¿Por qué el cuerpo no almacena proteínas?

de MISE CARATE FRANKLIN ALDAHIR -
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¿Por qué el cuerpo no almacena proteínas?

A diferencia de los carbohidratos (almacenados como glucógeno) y los lípidos (almacenados como triglicéridos en el tejido adiposo), el cuerpo humano no posee un sistema especializado para el almacenamiento de proteínas. Esta diferencia radica en que las proteínas cumplen funciones estructurales, enzimáticas, hormonales y de transporte vitales, por lo que se encuentran principalmente en tejidos funcionales, como los músculos, el hígado o las enzimas plasmáticas, y no como reserva energética (Harper, 2012).

Desde el punto de vista fisiológico, almacenar proteínas de forma significativa sería ineficiente y potencialmente peligroso, ya que implicaría mantener una reserva de nitrógeno que podría causar toxicidad si no se regula adecuadamente. En cambio, durante periodos de ayuno prolongado o enfermedades como el cáncer o la caquexia, el cuerpo recurre al catabolismo de las proteínas musculares para obtener aminoácidos que puedan convertirse en glucosa (a través de la gluconeogénesis) o utilizarse para la síntesis de proteínas esenciales, lo cual puede llevar a pérdida de masa muscular y debilidad generalizada (Guyton y Hall, 2016).

En el caso de la caquexia asociada al cáncer, la degradación acelerada de proteínas supera la síntesis, provocando un estado hipermetabólico difícil de revertir, incluso con una dieta rica en proteínas. Esto tiene importantes implicaciones clínicas, pues el tratamiento debe enfocarse no solo en el aporte nutricional, sino también en frenar la inflamación y el catabolismo exacerbado (Argilés et al., 2014).

En conclusión, la ausencia de almacenamiento proteico representa una adaptación metabólica que obliga al organismo a mantener un equilibrio dinámico, pero que también lo hace vulnerable ante situaciones que aumentan las demandas o reducen la ingesta de nutrientes.

Bibliografía:

  • Harper, D. A. (2012). Bioquímica Ilustrada de Harper (28ª ed.). McGraw-Hill.

  • Guyton, A. C., & Hall, J. E. (2016). Tratado de fisiología médica (13ª ed.). Elsevier.

  • Argilés, J. M., Busquets, S., Stemmler, B., & López-Soriano, F. J. (2014). Cancer cachexia: understanding the molecular basis. Nature Reviews Cancer, 14(11), 754–762.