El estudio de las enfermedades y síndromes geriátricos es fundamental en el contexto actual de envejecimiento poblacional. A medida que aumenta la esperanza de vida, también se incrementa la prevalencia de condiciones crónicas y discapacidades que afectan de manera particular a las personas mayores. Este grupo etario presenta características clínicas únicas: múltiples enfermedades coexistentes, uso frecuente de medicamentos (polifarmacia), y cambios fisiológicos propios de la edad que modifican la presentación y evolución de muchas patologías.
Entre los síndromes geriátricos más comunes se encuentran la fragilidad, las caídas, la incontinencia urinaria, los trastornos cognitivos (como la demencia) y los problemas sensoriales. Estos no siempre encajan en un diagnóstico médico tradicional, pero tienen un fuerte impacto en la funcionalidad, calidad de vida y autonomía del adulto mayor. Su abordaje exige una visión integral y multidisciplinaria que considere los aspectos médicos, psicológicos y sociales del paciente.
Comprender estas condiciones permite mejorar el diagnóstico temprano, optimizar los tratamientos y prevenir complicaciones.