No hay mejor método que el método
A las 11:06 PM del 22 de junio de 2025, en la Asamblea Nacional del Ecuador, el país enfrenta un cambio significativo en su sistema electoral con la aprobación de una ley reformatoria al Código de la Democracia, que reemplaza el método Webster por el método D’Hont para la adjudicación de escaños en la Asamblea misma. Esta decisión, fue respaldada por 125 votos a favor lo que evidencia el apoyo de la mayoría.
Por una mano tenemos el método Webster, también conocido como Sainte-Laguë/Schepers, que es un sistema de representación proporcional diseñado para distribuir escaños de manera equitativa entre partidos, favoreciendo a las fuerzas pequeñas y medianas. Funciona dividiendo el número total de votos de cada partido por una secuencia de divisores (1, 3, 5, 7, etc.) y asignando escaños según los cocientes más altos. Esta formula, que por cierto es usada en medio de la Unión Europea (UE) como Alemania, busca reducir la fragmentación extrema y dar voz a minorías políticas. Es decir, en Ecuador el procedimiento Webster habría permitido una Asamblea más diversa, reflejando la pluralidad de corrientes ideológicas. Sin embargo, ha generado fragmentación que dificultó la gobernabilidad.
En la otra mano, el método D’Hont, creado por el matemático belga Victor D’Hondt, también es un sistema proporcional, pero se inclina hacia los partidos mayoritarios. Se calcula dividiendo los votos de cada partido por una secuencia de divisores (1, 2, 3, 4, etc.), asignando escaños al cociente más alto en cada ronda hasta completar los disponibles. Este método, también se usa en la UE por España y Finlandia, porque tiende a consolidar el poder en los bloques más fuertes, reduciendo la representación de partidos pequeños.
En el Ecuador este segundo sistema consolidaría el monopolio de la decisión en la Asamblea por las dos fuerzas dominantes: Acción Democrática Nacional (ADN) y Revolución Ciudadana (RC), este cambio, sin duda alguna, debe ser entendido como estratégico ya que podría alterar el equilibrio político en Ecuador.
La aprobación de esta ley, con el apoyo conjunto de la RC y ADN y en menor proporción Pachakutik, refleja un cálculo político que podría marginar a las voces disidentes, un riesgo más en un país con una democracia inmadura.
El paso del Webster al D’Hont implica una reducción en la representación de minorías, que si bien podría estabilizar la Asamblea al disminuir la fragmentación, excluiría a partidos -a vecs caóticos- pequeños que enriquecen el debate democrático. Como colectivos indígenas o las fuerzas emergentes, un error que históricamente descontenta socialmente.
¿Deberíamos esperar la imposición de agendas sin contrapesos?
¿La falta de un debate público transparente es justificado por un objetivo político superior?
¿Deríamos aceptar el yerro ecuatoriano acompasado por encanto fragilidad y momentanea estabilidad?
Fuente: Asamblea Nacional. 20 de junio de 2025. https://x.com/AsambleaEcuador/status/1936196730481185045