Tema de noticia: Jorge Glas: 'Me estoy jugando la vida, me quieren meter 13 años a la cárcel por hacer mi trabajo'
Fecha de noticia: 22 de junio de 2025
Este juicio a Jorge Glas me hace reflexionar sobre lo difícil que es juzgar decisiones de funcionarios públicos. Glas dice que solo priorizó obras para reactivar Manabí tras el terremoto, usando políticas económicas reconocidas como el New Deal, y que nunca manejó dinero directamente. La Fiscalía, en cambio, lo acusa de peculado por desviar USD 200 millones al elegir proyectos "no urgentes". Como estudiante de derecho, entiendo que el peculado exige lucro personal, pero aquí parece un debate sobre prioridades técnicas, no enriquecimiento. Me impresiona su frase: "Me estoy jugando la vida", porque enfrenta 13 años de cárcel por acciones que él considera parte de su trabajo. Sea como haya sido si se demuestra todas las pruebas y si es culpable y se demuestra su culpabilidad en casos de corrupción pues tiene que afrontar las consecuencias porque los que más se necesita en este país es una mano dura contra las injusticias. El caso revela un vacío: ¿cómo probar "mala intención" en decisiones colectivas? Si firmar actas de proyectos aprobados por otros se vuelve delito, ningún funcionario querrá liderar emergencias. Al final, más que un juicio a personas, esto expone lo frágil que es la línea entre gestión pública y delito.
Fuentes de investigación: