Una de las adicciones más comunes en los jóvenes de entre 18 y 30 años es la adicción a las redes sociales. Esta se caracteriza por el uso compulsivo y excesivo de plataformas como Instagram, TikTok, Facebook o X (antes Twitter), afectando el rendimiento académico o laboral, las relaciones personales y la salud mental del individuo. Los jóvenes suelen experimentar ansiedad, baja autoestima y dependencia emocional asociada a la validación digital, como los "me gusta", comentarios o seguidores.
Una solución factible es la implementación de estrategias de educación digital y control consciente del tiempo de uso. Esto incluye establecer límites diarios de uso a través de herramientas disponibles en los propios dispositivos, promover actividades alternativas (como el deporte, la lectura o el voluntariado), y fomentar espacios de conversación sobre el bienestar digital en entornos educativos y familiares. Asimismo, el acompañamiento psicológico puede ser clave en casos de dependencia severa, ayudando al joven a identificar las causas emocionales subyacentes y a desarrollar habilidades de autocontrol y autoestima.