Entre los diversos compuestos nitrogenados no proteicos de interés clínico, las bilirrubinas destacan por su relevancia como marcadores metabólicos en la evaluación de la función hepática y el equilibrio eritrocitario. Estos pigmentos biliares, producto final del catabolismo del grupo hemo de la hemoglobina, se presentan en dos formas principales: bilirrubina indirecta (no conjugada) y bilirrubina directa (conjugada), cuya cuantificación diferencial proporciona información valiosa para el diagnóstico médico (AACC, 2021).
La determinación de bilirrubinas adquiere particular importancia en neonatología, donde la hiperbilirrubinemia no conjugada representa una condición frecuente. Niveles excesivos en recién nacidos pueden atravesar la barrera hematoencefálica y depositarse en los ganglios basales, provocando kernícterus, una encefalopatía bilirrubínica con consecuencias neurológicas permanentes (Watchko & Tiribelli, 2022). Este riesgo justifica el monitoreo rutinario mediante pruebas como la medición transcutánea o análisis séricos.
En pacientes adultos, el perfil de bilirrubinas contribuye al diagnóstico diferencial de diversas patologías:
Enfermedades hepatocelulares (hepatitis, cirrosis): predominio de bilirrubina conjugada
Obstrucciones biliares: elevación marcada de bilirrubina directa
Alteraciones congénitas (síndrome de Gilbert): aumento moderado de bilirrubina indirecta
Además, estudios recientes sugieren el papel de las bilirrubinas como moléculas con actividad antioxidante y antiinflamatoria, ampliando su interés biomédico más allá del ámbito diagnóstico (AACC, 2021). Sin embargo, su acumulación patológica sigue representando un importante parámetro de daño orgánico que requiere evaluación cuantitativa precisa.
Referencias
American Association for Clinical Chemistry (AACC). (2021). Bilirubin testing. https://www.aacc.org/
Watchko, J. F., & Tiribelli, C. (2022). Bilirubin-induced neurologic damage. New England Journal of Medicine, *369*(21), 2021–2030. https://doi.org/10.1056/NEJMra2208124
La determinación de bilirrubinas adquiere particular importancia en neonatología, donde la hiperbilirrubinemia no conjugada representa una condición frecuente. Niveles excesivos en recién nacidos pueden atravesar la barrera hematoencefálica y depositarse en los ganglios basales, provocando kernícterus, una encefalopatía bilirrubínica con consecuencias neurológicas permanentes (Watchko & Tiribelli, 2022). Este riesgo justifica el monitoreo rutinario mediante pruebas como la medición transcutánea o análisis séricos.
En pacientes adultos, el perfil de bilirrubinas contribuye al diagnóstico diferencial de diversas patologías:
Enfermedades hepatocelulares (hepatitis, cirrosis): predominio de bilirrubina conjugada
Obstrucciones biliares: elevación marcada de bilirrubina directa
Alteraciones congénitas (síndrome de Gilbert): aumento moderado de bilirrubina indirecta
Además, estudios recientes sugieren el papel de las bilirrubinas como moléculas con actividad antioxidante y antiinflamatoria, ampliando su interés biomédico más allá del ámbito diagnóstico (AACC, 2021). Sin embargo, su acumulación patológica sigue representando un importante parámetro de daño orgánico que requiere evaluación cuantitativa precisa.
Referencias
American Association for Clinical Chemistry (AACC). (2021). Bilirubin testing. https://www.aacc.org/
Watchko, J. F., & Tiribelli, C. (2022). Bilirubin-induced neurologic damage. New England Journal of Medicine, *369*(21), 2021–2030. https://doi.org/10.1056/NEJMra2208124