Tema 2 Unidad 3: BILIRRUBINA

Re: Tema 2 Unidad 3: BILIRRUBINA

de AMBULUDI GOMEZ MIRELY DEL -
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BILIRRUBINA

La medición de las bilirrubinas posee una gran relevancia biomédica, ya que está estrechamente vinculada al metabolismo de la hemoglobina, la funcionalidad hepática y el estado de los eritrocitos. A continuación, se presenta un resumen de su importancia clínica:

-       Identificación y Seguimiento de la Ictericia: La bilirrubina es el pigmento responsable del tono amarillento característico de la ictericia en piel y mucosas. Su cuantificación es esencial para: Detectar ictericia neonatal: en recién nacidos, niveles elevados de bilirrubina pueden desencadenar complicaciones neurológicas graves, como el kernícterus, si no se tratan oportunamente.

-       Establecer el origen de la ictericia: La evaluación de las fracciones directa (conjugada) e indirecta (no conjugada) ayuda a diferenciar causas como hemólisis, disfunción hepática (hepatitis, cirrosis) u obstrucción biliar (cálculos, neoplasias).

-       Valoración del Estado Hepático: Dado que el hígado es responsable de transformar y eliminar la bilirrubina, su concentración en sangre actúa como un marcador sensible de daño hepático. Diagnóstico de Anemias Hemolíticas

-       Seguimiento Terapéutico y Vigilancia de Toxicidad: El control periódico de los niveles de bilirrubina permite evaluar la respuesta a tratamientos en enfermedades hepáticas e ictericia. Asimismo, sirve como indicador precoz de daño hepático inducido por medicamentos.

Ejemplos:

-       En los recién nacidos, la ictericia es una condición frecuente, conocida como ictericia fisiológica, debido a la inmadurez hepática que limita la capacidad de metabolizar la bilirrubina. No obstante, cuando los niveles de bilirrubina no conjugada se elevan de forma excesiva, existe riesgo de desarrollar kernicterus, una encefalopatía grave e irreversible. Por ello, el control periódico de bilirrubina en neonatos es esencial para detectar a tiempo a quienes presentan riesgo y proporcionar intervenciones terapéuticas como la fototerapia.

-       En casos de hepatitis o cirrosis, enfermedades caracterizadas por inflamación o daño crónico del hígado respectivamente, la medición de bilirrubinas, especialmente la fracción conjugada, permite valorar la magnitud de la disfunción hepática y hacer un seguimiento clínico de la evolución de la patología.

-       Un incremento considerable de la bilirrubina conjugada, en conjunto con otros marcadores como la fosfatasa alcalina y la gamma-glutamil transferasa (GGT), puede indicar la presencia de colestasis, es decir, una alteración en el flujo biliar, ya sea a nivel intrahepático o extrahepático.

-       En enfermedades hemolíticas como la anemia de células falciformes o la talasemia, una elevación de la bilirrubina no conjugada suele reflejar la destrucción acelerada de glóbulos rojos. Este hallazgo se complementa con otros análisis como la disminución de hemoglobina y el aumento en el número de reticulocitos.

-       Por otro lado, el síndrome de Gilbert es una alteración hereditaria y benigna en la que el hígado presenta una capacidad reducida para procesar la bilirrubina, lo que ocasiona aumentos leves de la bilirrubina no conjugada, especialmente en situaciones de ayuno, estrés o enfermedad. En contraste, el síndrome de Crigler-Najjar representa una patología más grave, caracterizada por una deficiencia marcada en la conjugación de la bilirrubina, lo que conlleva a niveles peligrosamente altos de esta sustancia en sangre.







BIBLIOGRAFÍA

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