Después de la Segunda Guerra Mundial, la ONU se creó como una respuesta urgente para evitar que la humanidad repita ese tipo de tragedias. Desde la mirada de la Comunicación para el Cambio Social, su papel fue clave porque abrió un espacio donde las naciones podían dialogar, proponer soluciones conjuntas y trabajar por la justicia y la paz. Esto fortaleció procesos participativos y colaborativos, donde la comunicación no es solo informar, sino construir juntos una sociedad más equitativa.
Referencias:
Gumucio-Dagron, A. (2001). Making Waves: Stories of Participatory Communication for Social Change. Rockefeller Foundation, p. 34.