ANÁLISIS CRÍTICO VALORATIVO

Re: ANÁLISIS CRÍTICO VALORATIVO

de PAGUAY ASQUI KATHERIN NICOLE -
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¡Ñucanchi huasipungo carajo!

 

La novela Huasipungo fue publicada en 1934, en un contexto de gran injusticia social en el Ecuador. El término "Huasipungo” se refiere a la tierra. La frase es más que un simple grito. Es la forma en la que los indígenas, cansados de tanto abuso, levantan por fin la voz. Durante años, generaciones enteras fueron obligadas a trabajar para los patrones, sin sueldo, sin respeto, sin tierra propia, esto los hacía vulnerables, explotables y manipulables. Los indígenas vivían casi como esclavos, humillados, golpeados, tratados peores que animales. Parecería que en la novela Huasipungo lo que se relata no es más que ficción, pero todo fue real.

Cuando los personajes gritan “¡Ñucanchi huasipungo, carajo!”, lo hacen porque están indignados, llenos de ira. “Ñucanchi” significa “nuestro” en kichwa, y al decir eso, están reclamando algo que les pertenece, que es suyo: la tierra que han trabajado con sus manos, con su sudor y con su dolor. No es una frase decorativa, es una explosión de rabia contenida. Por eso el “carajo” al final no sobra, al contrario, muestra el nivel de desesperación y coraje que sienten.

Desde lo textual, la mezcla del kichwa con el español no es casual. Jorge Icaza lo hace para demostrar cómo el idioma también puede ser una forma de lucha. Aunque los indígenas no hablen “bonito” o “correcto” según los patrones, igual se hacen entender, y en ese momento, su voz es más fuerte que nunca. En pocas palabras, esta exclamación representa el punto de quiebre, el momento en el que los personajes ya no aguantan más y se enfrentan al sistema injusto. Y aunque la historia termina en tragedia, esa frase queda resonando como una señal de que algo cambió, aunque sea por un instante: ya no son los mismos indígenas pasivos, los que obedecen sin decir nada, los que se dejan maltratar bajando la cabeza y tampoco son los que se van a dejar pisotear tan fácilmente.