Un joven de 16 años acudió al departamento de consultas externas de psiquiatría con un historial de 6 años de parpadeo involuntario repetitivo, encogimiento de hombros, olfateo, vocalización y silbidos. La intensidad y persistencia de los síntomas aumentaron y disminuyeron espontáneamente, pero nunca estuvo completamente libre de síntomas. Los síntomas tendían a ser menos graves en verano y al realizar actividad física, pero se exacerbaban cuando estaba fatigado, estresado o sentado sin hacer nada. Solo podía suprimir voluntariamente los tics durante unos minutos, pero esto se asociaba con estrés severo e inquietud. Durante el último año habían aparecido nuevos síntomas (muecas y golpeteo de pies), se sentía cada vez más avergonzado en público, sus calificaciones escolares habían ido deteriorándose y estaba irritable durante todo el día. Debido a su pérdida de autoestima, había dejado de asistir a la escuela durante dos meses.
Se inició tratamiento con aripiprazol 5 mg/día por la noche, pero la mejoría fue mínima en dos semanas, por lo que se aumentó a 10 mg/día por la noche. Tras dos semanas con esta dosis, se observó una reducción significativa de los síntomas; el tic vocal había desaparecido, pero persistían algunos tics motores y muecas ocasionales. Tras dos semanas adicionales con la dosis de 10 mg/día, los síntomas habían desaparecido por completo. Posteriormente, mejoró su autoestima y pudo volver a la escuela dos meses después de iniciar el tratamiento. La familia no reportó efectos secundarios ni se observaron indicios de la aparición de síntomas obsesivos o compulsivos. El plan de tratamiento consiste en continuar con esta dosis durante seis meses (cuando complete sus exámenes finales) y luego intentar reducir gradualmente (o suspender) la medicación.
Link: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4248263/
Se inició tratamiento con aripiprazol 5 mg/día por la noche, pero la mejoría fue mínima en dos semanas, por lo que se aumentó a 10 mg/día por la noche. Tras dos semanas con esta dosis, se observó una reducción significativa de los síntomas; el tic vocal había desaparecido, pero persistían algunos tics motores y muecas ocasionales. Tras dos semanas adicionales con la dosis de 10 mg/día, los síntomas habían desaparecido por completo. Posteriormente, mejoró su autoestima y pudo volver a la escuela dos meses después de iniciar el tratamiento. La familia no reportó efectos secundarios ni se observaron indicios de la aparición de síntomas obsesivos o compulsivos. El plan de tratamiento consiste en continuar con esta dosis durante seis meses (cuando complete sus exámenes finales) y luego intentar reducir gradualmente (o suspender) la medicación.
Link: https://pmc.ncbi.nlm.nih.gov/articles/PMC4248263/