Para estudiar de manera efectiva, necesito, en primer lugar, un espacio organizado y libre de distracciones, con buena iluminación y solo lo esencial a la vista, ya que el desorden afecta mi concentración. Además, la planificación es clave: antes de empezar, establezco objetivos claros y uso técnicas como el método Pomodoro para mantener el enfoque, pues sin planificar, pierdo tiempo fácilmente.
Por otro lado, mi estado físico y mental influyen mucho; procuro dormir bien, alimentarme equilibradamente y hacer pausas activas, porque el agotamiento reduce mi rendimiento. Asimismo, utilizo herramientas adaptadas a cada materia, como apuntes físicos para memorizar o aplicaciones para organizarme, y si un tema se complica, recurro a videos para consultar.
La motivación juega un papel esencial: recordar mis metas y celebrar pequeños logros me ayuda a mantener la disciplina. Es decir que combinar estos elementos me permite aprender mejor.