Tema 1 Unidad 3: Compuestos nitrogenados no proteicos 1

Re: Tema 1 Unidad 3: Compuestos nitrogenados no proteicos 1

de ROSALES RUIZ AMY FERNANDA -
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La cuantificación de compuestos nitrogenados no proteicos como el ácido úrico, la urea, la creatinina y el amoníaco es fundamental en la práctica clínica, ya que permite evaluar el estado funcional del metabolismo nitrogenado, particularmente la función renal y hepática, y detectar alteraciones metabólicas graves.

Ácido úrico
El ácido úrico es el producto final del catabolismo de las purinas. Su concentración en sangre puede elevarse en situaciones como la gota, leucemias, linfomas, enfermedades renales crónicas y durante terapias citotóxicas. Una cuantificación precisa permite diagnosticar hiperuricemia, condición asociada a enfermedades cardiovasculares, síndrome metabólico y daño renal (Sautin & Johnson, 2008). Su medición también es útil en la monitorización de tratamientos con alopurinol.
Urea
La urea es el principal producto del metabolismo del nitrógeno derivado de los aminoácidos, sintetizada en el hígado y eliminada por los riñones. Niveles elevados en sangre indican una posible insuficiencia renal, hemorragias digestivas o deshidratación. Por el contrario, niveles bajos pueden sugerir insuficiencia hepática. Es un marcador clave en la evaluación de la función renal en conjunto con la creatinina (Delanaye et al., 2017).
Creatinina
Producto del metabolismo de la creatina muscular, se elimina casi exclusivamente por filtración glomerular, por lo que su concentración plasmática es un indicador directo de la función renal. La creatinina sérica se utiliza para calcular el índice de filtración glomerular estimado (eGFR), esencial en el diagnóstico y seguimiento de la enfermedad renal crónica (Levey et al., 2009). Cambios leves en sus niveles pueden reflejar deterioro importante en la función renal.
Amoníaco
El amoníaco es un producto tóxico del metabolismo de aminoácidos. Su acumulación puede ser letal y está relacionada con encefalopatía hepática, errores innatos del metabolismo (como los trastornos del ciclo de la urea), y disfunción hepática severa. Su cuantificación es crítica en pacientes con hepatopatías y trastornos metabólicos hereditarios (Häberle et al., 2012).
Importancia clínica general
La medición conjunta de estos compuestos permite una evaluación integral del estado metabólico y excretor del paciente. Se utilizan rutinariamente en unidades de cuidados intensivos, nefrología, hepatología y medicina interna. Además, estos análisis orientan decisiones terapéuticas urgentes como diálisis, tratamiento de hiperuricemia o manejo de encefalopatía hepática.

Referencias bibliográficas 
  • Delanaye, P., Cavalier, E., Pottel, H., & Krzesinski, J. M. (2017). Creatinine: is the end near? Nephron, 136(4), 302–308. https://doi.org/10.1159/000458725
  • Häberle, J., Boddaert, N., Burlina, A., Chakrapani, A., Dixon, M., Huemer, M., ... & Seminara, J. (2012). Suggested guidelines for the diagnosis and management of urea cycle disorders. Orphanet Journal of Rare Diseases, 7(1), 32. https://doi.org/10.1186/1750-1172-7-32
  • Levey, A. S., Stevens, L. A., Schmid, C. H., Zhang, Y. L., Castro, A. F., Feldman, H. I., ... & Coresh, J. (2009). A new equation to estimate glomerular filtration rate. Annals of Internal Medicine, 150(9), 604–612. https://doi.org/10.7326/0003-4819-150-9-200905050-00006
  • Sautin, Y. Y., & Johnson, R. J. (2008). Uric acid: the oxidant–antioxidant paradox. Nucleosides, Nucleotides and Nucleic Acids, 27(6), 608–619. https://doi.org/10.1080/15257770802138558