En diseño gráfico aplico la estructura lineal del diseño tridimensional principalmente cuando trabajo en proyectos como packaging, señalética o diseño de espacios gráficos, por ejemplo, stands o escaparates. En estos casos, no basta con que el diseño se vea bien en plano; tengo que pensar en cómo se desarrollará en el espacio, cómo lo recorrerá la persona, qué verá primero y cómo se conectan visualmente cada una de las partes.
Uso la estructura lineal para organizar los elementos en una secuencia lógica, creando un recorrido visual que guíe la mirada o incluso el movimiento físico del usuario. Me ayuda a dar coherencia a todas las caras de un empaque o a que la señalización tenga continuidad en un espacio. Para mí, es una forma de hacer que el diseño gráfico trascienda la pantalla o el papel, y se convierta en una experiencia espacial que se siente clara, fluida y bien pensada.