Estoy de acuerdo con el argumento del compañero, ya que las operaciones básicas (suma, resta, multiplicación y división) son efectivamente la base sobre la cual se construyen aprendizajes matemáticos más complejos. Su dominio permite al estudiante desarrollar habilidades como el pensamiento lógico y el cálculo mental, esenciales no solo en el ámbito escolar, sino también en la vida cotidiana. Resolver problemas sencillos con confianza fortalece la autoestima matemática y prepara al alumno para enfrentar desafíos progresivos, lo que contribuye a una formación integral y gradual en esta área del conocimiento.

Además, estas operaciones tienen un impacto transversal en otras disciplinas como las ciencias, la economía y la tecnología, donde se aplican constantemente para interpretar datos, establecer relaciones numéricas o ejecutar procesos técnicos. Por ello, comprender y manejar con soltura las operaciones básicas no solo mejora el rendimiento académico, sino que también promueve una actitud positiva hacia el aprendizaje, al permitir al estudiante ver la utilidad real de lo que aprende. En conjunto, su importancia trasciende el aula y se proyecta hacia la vida diaria y el futuro profesional del estudiante.