El Inti Raymi, o Fiesta del Sol, es una de las celebraciones más representativas de la cultura andina, y su práctica, tal como menciona el texto, fue impulsada por el Inca Pachacútec como una forma de unir a los pueblos bajo su dominio, todos profundamente ligados a la agricultura y al respeto por el sol. Esta ceremonia coincidía con el solsticio de invierno y simbolizaba el renacimiento del sol como un niño, marcando el inicio de un nuevo ciclo agrícola. A pesar de que fue prohibida tras la conquista española, su valor cultural fue rescatado siglos después y hoy en día se sigue celebrando en Ecuador y en varios países andinos.
En Ecuador, el Inti Raymi tiene una fuerte presencia en comunidades indígenas de la Sierra, donde se vive con profunda devoción y orgullo. Este tipo de festividades aporta significativamente a la cultura del país porque mantiene vivas las tradiciones ancestrales, refuerza la identidad de los pueblos originarios y transmite valores espirituales y de respeto por la naturaleza. A nivel económico, estas celebraciones también son clave: atraen turistas, fortalecen el turismo comunitario y generan ingresos para artesanos, músicos, agricultores y pequeños negocios locales. Así, el Inti Raymi conecta el pasado con el presente y da vida a la economía local a través de la cultura.