La educación superior en Ecuador ha sido interpelada por el principio de interculturalidad, como una respuesta tanto a las históricas demandas de los pueblos indígenas y afrodescendientes como a un marco jurídico que reconoce la plurinacionalidad y el carácter multiétnico del país. Este proceso ha generado una apertura significativa en las universidades públicas, especialmente en lo referente a la inclusión de estudiantes provenientes de pueblos originarios, lo que representa un avance importante hacia una educación más equitativa.
Sin embargo, como señala la investigación en cuestión, la inclusión cuantitativa no ha ido acompañada de transformaciones profundas en lo cualitativo. Aunque se ha incrementado la matrícula indígena, persisten limitaciones en la institucionalización de la interculturalidad como eje transversal en los planes de estudio, en las metodologías pedagógicas y en los sistemas de evaluación. La falta de apropiación de los principios del Sumak Kawsay y el desconocimiento de los marcos legales por parte de los propios beneficiarios evidencian una brecha entre el discurso oficial y la práctica educativa cotidiana.
Uno de los hallazgos más preocupantes es la superficialidad del compromiso institucional con la igualdad, la no discriminación y el respeto a la diversidad cultural, aspectos esenciales para una verdadera transformación educativa. La vigencia de esquemas monoculturales y eurocentrados en la estructura curricular y pedagógica limita el alcance de una educación verdaderamente decolonial e intercultural.
En conclusión, la interculturalidad en la educación ecuatoriana no puede reducirse a la mera presencia de estudiantes indígenas o afrodescendientes en las aulas. Se requiere una transformación estructural que atraviese todos los niveles del sistema educativo, desde la primera infancia hasta la universidad, con políticas integrales, prácticas pedagógicas coherentes y un firme compromiso con la justicia epistémica y cultural. Solo así será posible avanzar hacia una educación que no solo reconozca la diversidad, sino que la valore, la integre y la potencie como eje central de su acción formativa.