Desde el punto de vista de la medicina legal, la diferencia fundamental entre el sadomasoquismo y una violación radica en el consentimiento. El sadomasoquismo es una práctica sexual consensuada entre adultos que deciden, de forma voluntaria, involucrarse en dinámicas de dolor o dominación como forma de obtener placer. Estas prácticas se desarrollan con reglas claras, límites establecidos y, en muchos casos, el uso de palabras de seguridad para detener la actividad si alguno se siente incómodo. En cambio, una violación implica la ausencia de consentimiento, ya sea porque una persona se opone directamente, porque se encuentra en estado de indefensión (drogada, inconsciente, menor de edad, con discapacidad mental, etc.), o porque el consentimiento fue obtenido mediante manipulación, fuerza o amenaza. En base a esto considero que pueden existir lesiones físicas en ambos casos, pero en el sadomasoquismo suelen ser simétricas, superficiales y localizadas en zonas típicas como glúteos, espalda o muñecas, mientras que en la violación las lesiones pueden ser más irregulares, defensivas o en zonas genitales, y pueden acompañarse de signos de lucha o angustia psicológica por lo que son de carácter forzado.