El sadomasoquismo es una práctica donde las personas involucradas, con total libertad y confianza, acuerdan de antemano qué quieren explorar juntos, estableciendo límites claros y palabras de seguridad para asegurarse de que todos se sientan cómodos y respetados mientras buscan placer o conexión emocional. Por otro lado, la violación es un acto violento y cruel que ocurre sin el consentimiento de la víctima, con la intención de hacer daño o dominar, dejando heridas físicas y emocionales profundas. La gran diferencia está en que el BDSM se basa en el respeto mutuo y el cuidado por el bienestar de todos, mientras que el abuso sexual ignora por completo la voluntad y la autonomía de la persona, siendo un delito que causa sufrimiento.