Para acotar tu argumento, la retroalimentación y la evaluación se encuentran enlazadas, dado que la retroalimentación transforma los resultados de desempeño en una experiencia de aprendizaje. Sin ella los estudiantes verían un resultado vacío de éxito y fracaso, sin saber el “porqué” ni el “cómo” para avanzar. Además, la retroalimentación analiza los errores convirtiéndolos en oportunidades, donde fallar es natural y ayuda a los estudiantes para que aprendan.
Mientras que de los aciertos el refuerzo es eficaz para afianzar el conocimiento. En otras palabras, el educando obtiene una guía para seguir adelante en el proceso educativo y sentirse optimista por lo que aún queda por recorrer.