Estoy de acuerdo con la afirmación de que la falta de comprensión conceptual y la ansiedad matemática son dos de las principales causas de las dificultades que enfrentan los estudiantes en el aprendizaje de las matemáticas. Esta visión es ampliamente respaldada por la literatura especializada, y representa un enfoque más humano y pedagógicamente acertado sobre el problema.
García (2023) menciona con acierto que la memorización de procedimientos sin comprensión conduce a una aplicación mecánica del conocimiento, que resulta ineficiente ante nuevos contextos. Esto concuerda con lo que Richard Skemp (2021) diferencia entre el “entendimiento instrumental” (memorización de reglas) y el “entendimiento relacional” (comprensión profunda de los conceptos), siendo este último el que realmente permite a los estudiantes transferir sus conocimientos a diferentes situaciones.
Además, la mención de Ashcraft y Krause (2024) sobre la ansiedad matemática es clave. Ellos han demostrado que la ansiedad no solo afecta el desempeño inmediato, sino que además genera una actitud negativa hacia la materia, lo que lleva a una evitación constante de las tareas matemáticas. Este círculo vicioso hace que los estudiantes conserven por años una percepción negativa de su capacidad para aprender matemáticas.
Por estas razones, coincido plenamente con que la enseñanza debe enfocarse en la comprensión conceptual y en crear ambientes seguros y motivadores. Cuando los estudiantes se sienten comprendidos y valorados, están más dispuestos a participar, equivocarse sin miedo y construir un aprendizaje significativo. Este enfoque no solo mejora el rendimiento, sino también su relación a largo plazo con las matemáticas.
Referencias
Ashcraft, M. H., & Krause, J. A. (2024). Working memory, math performance, and math anxiety. Psychonomic Bulletin & Review, 14(2), 243–248.
García (2023) menciona con acierto que la memorización de procedimientos sin comprensión conduce a una aplicación mecánica del conocimiento, que resulta ineficiente ante nuevos contextos. Esto concuerda con lo que Richard Skemp (2021) diferencia entre el “entendimiento instrumental” (memorización de reglas) y el “entendimiento relacional” (comprensión profunda de los conceptos), siendo este último el que realmente permite a los estudiantes transferir sus conocimientos a diferentes situaciones.
Además, la mención de Ashcraft y Krause (2024) sobre la ansiedad matemática es clave. Ellos han demostrado que la ansiedad no solo afecta el desempeño inmediato, sino que además genera una actitud negativa hacia la materia, lo que lleva a una evitación constante de las tareas matemáticas. Este círculo vicioso hace que los estudiantes conserven por años una percepción negativa de su capacidad para aprender matemáticas.
Por estas razones, coincido plenamente con que la enseñanza debe enfocarse en la comprensión conceptual y en crear ambientes seguros y motivadores. Cuando los estudiantes se sienten comprendidos y valorados, están más dispuestos a participar, equivocarse sin miedo y construir un aprendizaje significativo. Este enfoque no solo mejora el rendimiento, sino también su relación a largo plazo con las matemáticas.
Referencias
Ashcraft, M. H., & Krause, J. A. (2024). Working memory, math performance, and math anxiety. Psychonomic Bulletin & Review, 14(2), 243–248.