Rojo y Negro, una obra escrita en el siglo XIX por Stendhal, considerada una novela de costumbres debido a que hace un pormenorizado y crítico retrato de la sociedad francesa de la época, también funciona como un espejo de la realidad de las prácticas sociales, de los prejuicios, de las tensiones de la sociedad francesa de la época. La obra no solo relata la historia de Julián Sorel, sino que también pone al descubierto las numerosas normas sociales, las jerarquías, las ambiciones, las hipocresías con las que vivía la Francia.
También se pueden seguir encontrando en la actualidad, en especial en una época como la nuestra, donde las redes sociales están potenciando la necesidad de mostrar una imagen ideal. La movilización social continúa siendo un problema, la presión por adaptarse a las costumbres sociales o a las expectativas externas puede limitar la autenticidad y la libertad personal, tal como le sucede a Julián. La novela es un punto de partida que nos invita a reflexionar sobre cómo estas estructuras sociales conforman la vida y las decisiones que tomamos pero también cómo cuestionar y transformar aquellas prácticas que perpetúan la injusticia o la superficialidad.
También se pueden seguir encontrando en la actualidad, en especial en una época como la nuestra, donde las redes sociales están potenciando la necesidad de mostrar una imagen ideal. La movilización social continúa siendo un problema, la presión por adaptarse a las costumbres sociales o a las expectativas externas puede limitar la autenticidad y la libertad personal, tal como le sucede a Julián. La novela es un punto de partida que nos invita a reflexionar sobre cómo estas estructuras sociales conforman la vida y las decisiones que tomamos pero también cómo cuestionar y transformar aquellas prácticas que perpetúan la injusticia o la superficialidad.