Rojo y Negro es considerada una novela de costumbres porque retrata detalladamente las normas, valores y estructuras sociales de la Francia de la Restauración (1815-1830). Stendhal utiliza la historia de Julien Sorel, un joven ambicioso de origen humilde, para explorar cómo las clases sociales, la Iglesia y la aristocracia influían en la vida individual. La novela muestra cómo Julien intenta ascender socialmente a través de la carrera eclesiástica (el “negro”) y la militar (el “rojo”), reflejando las limitaciones y expectativas impuestas por la sociedad de su tiempo.
La obra también critica la hipocresía de las clases altas y la rigidez del sistema social, donde el talento y la inteligencia de Julien son constantemente subestimados debido a su origen humilde. Esta representación detallada de las costumbres y conflictos sociales de la época es lo que le otorga a la novela su carácter distintivo dentro del género.
Aunque han pasado casi dos siglos desde la publicación de Rojo y Negro, muchos de los temas que aborda siguen siendo relevantes hoy en día. La lucha por la movilidad social, la influencia de las apariencias y la búsqueda de poder y reconocimiento son aspectos que aún observamos en nuestras sociedades contemporáneas.
En el siglo XXI, las redes sociales y los medios de comunicación han amplificado la importancia de la imagen y el estatus, a menudo valorando más la apariencia que el mérito o la autenticidad. Además, las desigualdades económicas y sociales persisten, y muchas personas enfrentan obstáculos similares a los de Julien al intentar mejorar su posición en la sociedad.
Por lo tanto, Rojo y Negro no solo ofrece una visión crítica de la sociedad francesa del siglo XIX, sino que también invita a reflexionar sobre las dinámicas sociales actuales y los desafíos que enfrentamos en la búsqueda de una sociedad más equitativa y justa.