En mi vida diaria, los números reales son parte fundamental de mis actividades. Los encuentro en situaciones cotidianas, desde las más simples hasta las más complejas. Por ejemplo, al comprar un café por $2 (un número entero) o al pagar una factura de $12.50 (un número decimal). También los utilizo para calcular descuentos, como cuando un producto tiene un 25% menos de su precio original.
Los números enteros me ayudan a contar cosas, como el número de personas en una reunión o cuántos libros tengo en la estantería. Las fracciones son útiles, especialmente en la cocina; por ejemplo, cuando sigo una receta que requiere ½ taza de azúcar o ¾ de litro de leche.