Importancia del estudio del perfil lipídico
¿Por qué es importante estudiar los lípidos?
Los lípidos no solo son grasas acumuladas: también son componentes estructurales de las membranas celulares, fuente de energía, y precursores de hormonas. El cuerpo los transporta en la sangre gracias a unas proteínas llamadas lipoproteínas. Pero cuando los niveles de lípidos en sangre están desequilibrados, pueden causar enfermedades graves, como aterosclerosis, infartos, accidente cerebrovascular y pancreatitis. Por eso, medir cómo están los lípidos en sangre es clave para detectar a tiempo alteraciones en su metabolismo
¿Qué es el perfil lipídico?
El perfil lipídico es un examen de sangre que mide los principales tipos de grasas en el cuerpo. Incluye cuatro elementos básicos:
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Colesterol total
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Colesterol LDL (lipoproteínas de baja densidad): el “colesterol malo”
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Colesterol HDL (lipoproteínas de alta densidad): el “colesterol bueno”
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Triglicéridos
Estos valores ayudan a conocer cómo está manejando el cuerpo las grasas, si hay riesgo de obstrucción de las arterias o si existe un problema enzimático o genético.
¿Cómo se interpreta y para qué sirve?Cada componente tiene un significado:
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Si el LDL está alto, hay riesgo de que se acumulen placas en las arterias.
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Si el HDL está bajo, el cuerpo no elimina bien el colesterol.
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Si los triglicéridos están altos, puede haber exceso de grasas en la dieta, diabetes mal controlada o riesgo de pancreatitis.
Gracias al perfil lipídico, los médicos pueden:
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Diagnosticar hipercolesterolemia familiar (una enfermedad genética)
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Evaluar el riesgo cardiovascular
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Vigilar la eficacia de tratamientos (como estatinas o cambios en la dieta)
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Prevenir enfermedades antes de que aparezcan síntomas.
Ejemplos 1: Una mujer de 42 años con antecedentes familiares de infarto presenta colesterol total de 280 mg/dL y LDL de 190 mg/dL. El perfil lipídico sugiere una hipercolesterolemia familiar, y con estos datos se decide iniciar tratamiento con estatinas y dieta hipolipídica.
Ejemplo 2: Un joven con obesidad tiene triglicéridos de 600 mg/dL y HDL de solo 30 mg/dL. Esta combinación es típica de una dislipidemia secundaria a síndrome metabólico, y el tratamiento se basa en controlar el peso, la dieta y la actividad física.
Ejemplo 3: Un paciente que comenzó tratamiento con estatinas hace 3 meses repite su perfil lipídico. Los triglicéridos bajaron de 350 a 140 mg/dL y el LDL bajó a 100 mg/dL. Esto muestra que el tratamiento está funcionando y se puede continuar igual.
Bibliografía:
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