El desarrollo del derecho en los países latinoamericanos ha estado fuertemente condicionado por sus contextos políticos y económicos. Desde la época colonial, las normas se basaron principalmente en modelos europeos, sobre todo el derecho civil de España y Francia. Sin embargo, tras la independencia, estos modelos no se reemplazaron totalmente, sino que fueron adaptados a las nuevas realidades sociales y políticas de cada nación.
Las constantes crisis económicas y políticas de la región, como dictaduras, deudas externas o procesos de democratización, han obligado a realizar cambios legales frecuentes. Esto ha hecho que los sistemas jurídicos latinoamericanos sean dinámicos, pero también que enfrenten problemas como la inestabilidad normativa o la falta de continuidad en las políticas públicas. Las reformas han sido especialmente notorias en áreas como el derecho laboral, tributario y en la regulación de inversiones.
El Derecho Comparado ha servido como una herramienta esencial para entender estos procesos, ya que permite identificar patrones similares en la evolución de las leyes y también destacar las diferencias particulares de cada país. Por ejemplo, muchas constituciones han fortalecido los derechos fundamentales en los últimos años, pero existen distintas realidades en cuanto a la independencia judicial o la aplicación efectiva de esos derechos. El Ecuador no es un caso aparte de esta realidad, pues el constante endeudamiento de los mandatarios ha llevado a tomar decisiones extremas en la política, nuestro país ha pasado desde el socialismo, hasta gobiernos autoritarios, todo esto debido a la realidad social que ha pasado el Ecuador a lo largo de los años, inclusive bajo la influencia de los países latinoamericanos vecinos.
En conclusión, el estudio comparado del derecho en América Latina no solo permite conocer qué normas comparten los países, sino también analizar cómo sus realidades históricas, políticas y económicas han moldeado sus sistemas jurídicos. Esto nos invita a reflexionar sobre la importancia de adaptar las leyes al contexto específico de cada país para que realmente sean eficaces y legítimas. A lo largo de la historia en todos los países latinoamericanos se ha visto que han sido influenciados por parte de las políticas de los hermanos vecinos, esto en alguno casos ha sido beneficiosos como a su vez ha perjudicado a la política de cada país.