Autor: María Gabriela Avendaño
Hablas de soledad y ni siquiera buscas ayuda,
mientras en la oscuridad te envuelves,
te sientes invisible,
y ni siquiera intentas hacerte entender.
Entonces dime, ¿de qué hablamos?
¿es el miedo lo que te detiene,
o es el orgullo que te grita que no necesitas a nadie?
Las palabras se quedan atrapadas en la garganta,
y el silencio se convierte en tú única compañía.
Desearía que al menos una vez,
te dejaras ver,
que permitieras que alguien,
aunque sea un extraño,
te escuche y te sostenga
pero te escondes tras muros de incomprensión.