La globalización ha transformado significativamente las dinámicas culturales a nivel mundial. Por un lado, ha facilitado el intercambio cultural, permitiendo que las personas accedan a una variedad de costumbres, tradiciones y expresiones artísticas de diferentes países. Esto enriquece las sociedades al fomentar la comprensión y la apreciación de otras culturas. Además, ha impulsado el desarrollo económico y tecnológico, permitiendo oportunidades de crecimiento y colaboración internacional.Por otro lado, la globalización también presenta desafíos para la preservación de las identidades culturales locales. La difusión masiva de productos culturales dominantes, especialmente a través de los medios de comunicación y las redes sociales, puede llevar a la homogenización cultural. Esto puede resultar en la pérdida de tradiciones y valores, así como en la adopción de estilos de vida y consumos ajenos que no siempre se adaptan al contexto local.En el caso de países como Ecuador, es fundamental encontrar un equilibrio entre la apertura al mundo y la conservación de la riqueza cultural propia. Fomentar la educación cultural, apoyar las expresiones artísticas locales y promover políticas que valoren y protejan el patrimonio cultural son pasos clave para enfrentar los retos que la globalización impone a las identidades nacionales.
Karol Erazo