Soy de Riobamba, una ciudad andina rodeada de imponentes volcanes, entre ellos el Chimborazo, que es el punto más cercano al sol desde el centro de la Tierra. Crecí entre calles empedradas, casas coloniales y plazas llenas de historia, donde siempre se respira un aire fresco y limpio. Me encanta caminar por sus mercados, donde se mezclan los colores y olores de productos tradicionales, y donde el hornado es casi un símbolo de identidad. La gente aquí es trabajadora, amable y muy orgullosa de sus raíces. Lo que más me gusta es la cercanía con la naturaleza y la posibilidad de ver paisajes impresionantes desde cualquier rincón. Riobamba también tiene una vida cultural muy activa, con ferias, festivales y espacios educativos. Para mí, vivir aquí es estar en contacto con lo auténtico, con lo nuestro.