Provengo de Riobamba, conocida como la Sultana de los Andes. Esta hermosa ciudad tiene ese encanto singular, donde en cada rincón alberga historia. Sus calles empedradas, testigos del paso del tiempo, se rodean de arquitecturas coloniales y republicanas; de ahí su título de Patrimonio Cultural de la Nación. Sus colosales edificaciones religiosas, por todo el centro histórico, son un camino que nos conduce por las épocas pasadas. Sin embargo, más allá de ser una ciudad, posee una de las joyas de la corona, y no me refiero a los museos, sino también al ferrocarril, el cual es un símbolo de progreso. Las culturas presentes, como la Puruhá, marcan ese lazo de unión y amistad . Y si vamos al norte, está el volcán inactivo más alto del mundo, medido desde el centro de la tierra, la cuna de donde surgió un personaje invaluable, Baltazar Ushca, "El último hielero del Taita Chimborazo". Al este nos acompaña una gran muralla, y su nombre es la Cordillera de los Andes, El volcán Tungurahua. Entonces, llegando a la conclusión de que mi Riobamba posee más apodos, como la Cuna de Volcanes.