Nací en Méndez, un pequeño y tranquilo cantón de la provincia de Morona Santiago, pero toda mi vida crecí en Sucúa, el verdadero paraíso de la Amazonía ecuatoriana. Aunque mis primeros días fueron en Méndez, fue en Sucúa donde formé mis recuerdos, mis raíces y mi identidad. Rodeado de exuberantes paisajes verdes, ríos de aguas cristalinas y una naturaleza que respira vida en cada rincón, Sucúa es un lugar donde el alma se conecta con la tierra. Como miembro orgulloso de la etnia Shuar, he crecido con una fuerte conexión con mi cultura, aprendiendo desde pequeño a valorar nuestras costumbres, nuestras lenguas y nuestra cosmovisión basada en el respeto y el equilibrio con la naturaleza. En Sucúa, cada día se vive con el corazón abierto a la sabiduría ancestral, al trabajo comunitario y al espíritu guerrero y respetuoso que caracteriza a mi pueblo. Las tradiciones se mantienen vivas en nuestras fiestas, nuestras danzas, nuestras comidas típicas y en la forma en que cuidamos y agradecemos a la selva por todo lo que nos brinda. Es un lugar lleno de colores, sonidos y emociones, donde el pasado y el presente conviven en armonía, y donde me siento verdaderamente en casa.
SUCÚA, PARAÍSO DE LA AMAZONÍA