Los artículos del 5 al 26 establecen principios clave relacionados con los derechos, las responsabilidades y la estructura del Estado.
Estos principios incorporan valores fundamentales como la igualdad, la libertad, la justicia y el respeto hacia la dignidad de la persona. Por ejemplo, los artículos 10 11 y 16 aseguran la igualdad ante la ley y prohíben cualquier tipo de discriminación. Sin embargo en la práctica, estos principios no se llevan a cabo por completo, ya que existen desigualdades sociales y económicas que impactan a poblaciones vulnerables.
Los artículos 5 y 6 enfatizan la soberanía del Estado y la unidad en la diversidad, reconociendo la pluralidad de culturas y nacionalidades. Esto representa un progreso significativo pero requiere un esfuerzo continuo del Estado para garantizar una inclusión efectiva.
Además los artículos 21 a 26 refuerzan los derechos de participación la libertad de expresión y el derecho a la educación y la cultura. Aunque estos derechos están respaldados legalmente es fundamental impulsar su cumplimiento a través de políticas públicas efectivas.
En resumen, estos artículos constituyen una base robusta para una sociedad justa y equitativa. Sin embargo, es necesario que su aplicación sea auténtica y constante para evitar que se conviertan en meras afirmaciones escritas sin impacto en la vida diaria.