La valoración fisioterapéutica es un proceso esencial que permite al fisioterapeuta conocer el estado funcional del paciente. Existen varios tipos de valoración, dependiendo del objetivo terapéutico y del sistema corporal afectado.
Uno de los tipos más comunes es la valoración musculoesquelética, que analiza el estado de músculos, huesos y articulaciones. Incluye pruebas de fuerza, rango de movimiento y palpación.
También está la valoración neurológica, utilizada para identificar alteraciones del sistema nervioso. Evalúa el tono muscular, los reflejos, el equilibrio, la coordinación y el control motor.
La valoración cardiorrespiratoria se enfoca en la función pulmonar y cardiovascular, evaluando la frecuencia cardíaca, capacidad respiratoria y tolerancia al ejercicio.
Por otro lado, la valoración funcional observa cómo el paciente realiza actividades de la vida diaria, siendo útil para establecer objetivos reales y personalizados.