Los recuerdos que tengo son positivos. La perspectiva de "hacer lo necesario" no se refiere a conformarse con la mediocridad, sino a asumir con compromiso y responsabilidad aquello que se nos exige, cumpliéndolo con los más altos estándares. Este fue un tema frecuente en los debates con mis compañeros, quienes compartían la idea de que hacer lo necesario significa dar lo mejor de nosotros en cada tarea.
Como médicos, esta filosofía cobra aún más sentido. La sociedad nos demanda ser "todólogos", especialmente en las zonas rurales, donde muchas veces somos los únicos profesionales de salud disponibles. En estos contextos, frases como "doctorcito, solo usted después de Dios" reflejan la confianza que las personas depositan en nosotros, lo cual nos inspira a seguir preparándonos y a dar siempre lo mejor, haciendo lo necesario para cuidar la salud de quienes más lo necesiten.