Para identificar un problema de investigación, se deben seguir varios pasos:
1. Observar la realidad: Es importante mirar de cerca el contexto que se quiere estudiar y detectar qué situaciones llaman la atención por ser conflictivas, ineficientes o preocupantes.
2. Enfocarse en un solo problema: En lugar de intentar abordar muchos temas a la vez, conviene centrarse en un problema principal que sea claro y abordable.
3. Describir el problema como una dificultad: El problema debe formularse como una situación negativa o una carencia concreta, no como la falta de una solución.
4. Establecer prioridades: Entre varios posibles problemas, se debe elegir el más relevante o urgente según su impacto o necesidad de atención.
5. No confundir el problema con su solución: Un error común es pensar que el problema es simplemente no tener una respuesta; en realidad, es una situación que necesita ser comprendida a fondo antes de buscar cómo resolverla.