Mary Shelley escribió Frankenstein para advertir sobre los peligros del conocimiento y el abuso de la ciencia sin responsabilidad moral. Usando el personaje de Víctor Frankenstein, el autor muestra cómo ocupar la vida lleva a sufrir tanto al creador como a su naturaleza. Shelley quería que los lectores reflexionaran sobre los límites éticos de las personas y la necesidad de adoptar las consecuencias de nuestras acciones.
Además, la novela condena el rechazo social contra varios. La criatura a pesar de su sensibilidad e inteligencia, es rechazada por su apariencia, lo que refleja la crítica de una sociedad que juzga después del espectáculo y excluye a aquellos que no cumplen con las normas.
Mary Shelley también se inspiró en el progreso científico y las ideas filosóficas de su tiempo así como la experiencia personal y la experiencia del dolor. Por lo tanto, su trabajo se aplica no solo al terrorismo, sino también a pensar profundamente en la soledad, la responsabilidad, la ambición y qué significa ser humano.