Las guerras mundiales transformaron la comunicación al mejorar el uso de la propaganda masiva desde la Primera Guerra Mundial, impulsando el cine y la radio para influir en la opinión pública en conflicto. La comunicación persuasiva se volvió esencial en paz y guerra. Buscó el apoyo voluntario con mensajes racionales y emocionales. La propaganda, como organización de la persuasión colectiva, influyó en la opinión pública con fines predeterminados, incluso militares. La censura y la desinformación emergieron como tácticas propagandísticas clave en guerra, controlando la información y manipulando la percepción pública. La desinformación, la difusión intencionada de noticias falsas con fines políticos, se superpone con la propaganda. Como objetivo, buscó confundir al adversario y debilitar su resistencia. La guerra misma se presenta como un fenómeno social donde los contendientes optimizan los medios de comunicación a su disposición para vencer al enemigo y ganar apoyo. Empleó la acción psicológica y la propaganda dirigida a diversos públicos. En conflictos contemporáneos, como en Chiapas o Colombia, Internet y las nuevas tecnologías de comunicación desempeñan un papel fundamental, permitiendo a los actores comunicarse y contrarrestar la información de sus adversarios.
Referencia bibliográfica
Contreras, F. R. (2004). Culturas de guerra: medios de información y violencia simbólica. Universitat de València, pp. 18-27.
Referencia bibliográfica
Contreras, F. R. (2004). Culturas de guerra: medios de información y violencia simbólica. Universitat de València, pp. 18-27.