Concluida la Segunda Guerra Mundial, la Comunicación para el Cambio Social, emergió como respuesta a la necesidad de reconstruir el tejido social mediante procesos participativos y equitativos. Esta perspectiva transformó las formas de comunicación, al priorizar el diálogo horizontal, la participación activa y la apropiación de los medios por parte de las comunidades; ejemplo de ello es la radio comunitaria, que dio voz a poblaciones marginadas. A la par, se redefinieron las formas de organización social, dando paso a estructuras más colaborativas, descentralizadas y solidarias, como la creación de redes barriales de apoyo mutuo. De esta manera, en oposición a los esquemas jerárquicos preexistentes, la CCS promovió una acción social basada en la cooperación, la justicia y el empoderamiento colectivo (Gumucio, 2011, pp. 27-28).
Referencia Bibliográfica
Gumucio, A. (2011). Comunicación para el cambio social: Clave del desarrollo participativo. Signo y Pensamiento, 30(58). 26-39. https://www.redalyc.org/pdf/860/86020038002.pdf