Los movimientos de resistencia en Latinoamérica han sido fundamentales para impulsar el cambio social, al enfrentar estructuras de poder injustas y exigir derechos fundamentales. A través de la movilización social, la comunicación popular y la acción colectiva, estos movimientos han logrado visibilizar problemáticas como la desigualdad, el racismo y la represión estatal. Han construido nuevas narrativas de identidad y dignidad, fortaleciendo la participación ciudadana y la democratización de los espacios públicos. Gracias a ellos, se han logrado reformas políticas, reconocimiento de derechos indígenas, y avances en justicia social. En esencia, la resistencia en Latinoamérica ha demostrado que la organización y la comunicación son esenciales para transformar la sociedad desde las bases, (Zibechi, 2012, p.45).
Referencia bibliográfica:
Zibechi, R. (2012). La mirada horizontal: Movimientos sociales y emancipación. Editorial Quimantú.