La perspectiva en el diseño es fundamental porque nos permite representar visualmente el espacio de manera coherente y creíble. Cuando estamos desarrollando una propuesta de diseño, ya sea arquitectónica, de producto o incluso gráfica, aplicar la perspectiva nos ayuda a mostrar cómo se vería realmente ese objeto o espacio en el entorno tridimensional que habitamos. No se trata solo de hacer que algo “se vea bonito”, sino de comunicar con claridad la forma, la profundidad, las proporciones y cómo se relaciona con su contexto.
Además, utilizar correctamente la perspectiva en una propuesta también facilita que otras personas como clientes, compañeros de equipo o incluso profesores entiendan mejor la idea que queremos transmitir. Es una herramienta que da solidez a la presentación y hace que la propuesta se perciba como más pensada y profesional.