La digitalización y el acceso a internet han transformado profundamente la manera en que adquirimos y compartimos conocimiento en el siglo XXI. El conocimiento, que antes se transmitía principalmente a través de canales tradicionales como libros, clases presenciales o medios impresos, hoy circula masivamente en plataformas digitales, redes sociales, bases de datos abiertas y entornos virtuales. Esto ha democratizado el acceso a la información, facilitando que cualquier persona con conexión a internet pueda aprender de manera autónoma, crear contenido y compartirlo a escala global. Sin embargo, este fenómeno también ha traído consigo nuevos retos, como la sobrecarga informativa, la desinformación y la necesidad de filtrar contenidos de calidad (UNESCO, 2021).
En el contexto educativo, la digitalización ha permitido la expansión del aprendizaje en línea y la disponibilidad de recursos multimedia interactivos, lo que fomenta la educación personalizada. Según Castells (2009), vivimos en una “sociedad red” donde la información circula de manera descentralizada, y el conocimiento se construye colaborativamente mediante interacciones digitales. Asimismo, autores como Levy (2010) destacan el surgimiento de la “inteligencia colectiva”, resultado del trabajo colaborativo a través de internet, que redefine la manera en que generamos y compartimos saberes.
Ante este nuevo panorama, es imprescindible que las nuevas generaciones desarrollen una serie de habilidades para transformar la gran cantidad de datos disponibles en conocimiento significativo. Entre ellas, la alfabetización digital e informacional es fundamental: implica saber buscar, evaluar, seleccionar y utilizar información de forma ética y crítica (Wilson, 2005). A esto se suman el pensamiento crítico, la capacidad de resolución de problemas, el discernimiento ante noticias falsas, y las habilidades metacognitivas para reflexionar sobre los propios procesos de aprendizaje (López & Pérez, 2018). Además, el dominio de herramientas digitales y la capacidad de adaptarse a entornos tecnológicos cambiantes se vuelven esenciales en un mundo cada vez más digitalizado (OCDE, 2020).
Referencias bibliográficas:
Castells, M. (2009). Comunicación y poder. Alianza Editorial.
Levy, P. (2010). La inteligencia colectiva: por una antropología del ciberespacio. Ediciones Gedisa.
López, A., & Pérez, M. (2018). Competencias digitales e informacionales en la sociedad del conocimiento. Revista de Educación y Tecnología, 12(1), 25–34.
OCDE (2020). Educación en la era digital. https://www.oecd.org.
UNESCO (2021). Replantear la educación: Hacia un bien común global. https://unesdoc.unesco.org.
Wilson, T.D. (2005). Information behaviour: An interdisciplinary perspective. Information Processing & Management, 41(1), 49–65.