Fecha: 17 de abril del 2025.

El reciente robo del material electoral en Caracas, marcado como valija diplomática, representa un grave atentado contra la democracia ecuatoriana y los principios del derecho internacional. El hecho ocurrió tras la suspensión del proceso electoral en Venezuela, donde el Consejo Nacional Electoral (CNE) no pudo garantizar condiciones logísticas para que los ecuatorianos residentes ejercieran su derecho al voto.

El hurto, perpetrado por hombres armados que se identificaron como agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin), ocurrió cuando interceptaron el transporte de DHL que trasladaba siete bultos con papeletas y actas electorales no utilizadas. La Cancillería ecuatoriana denunció que este acto viola directamente la integridad de la valija diplomática, una figura protegida por el derecho internacional para asegurar la comunicación entre gobiernos y sus misiones consulares.

Este incidente no solo pone en duda la seguridad de los procesos electorales en el exterior, sino que también evidencia la fragilidad institucional que viven algunos países de la región, donde ni siquiera las normas básicas del respeto entre Estados son observadas. La falta de garantías en Venezuela para el ejercicio del voto, sumada a la intervención de actores armados en operaciones diplomáticas, enciende una alerta sobre los riesgos que enfrentan nuestras democracias.

La Cancillería ha solicitado el retorno inmediato de sus funcionarios en Caracas y ha prometido denunciar el hecho ante instancias nacionales e internacionales. Pero más allá de las denuncias, el pueblo ecuatoriano exige acciones firmes. ¿Cómo es posible que ni siquiera en una valija diplomática esté a salvo nuestra voluntad democrática?

La democracia no solo está en juego en las urnas, también lo está en cada acción —u omisión— que debilite la soberanía y la transparencia electoral. Como ciudadanos, debemos estar vigilantes y exigir garantías absolutas de respeto al voto, sin importar en qué parte del mundo nos encontremos. Porque cuando se violenta una valija diplomática, lo que realmente se vulnera es la dignidad de un país entero.