El control interno es un proceso llevado a cabo por la dirección, administración y todo el personal de una organización, diseñado para proporcionar una seguridad razonable sobre el logro de objetivos relacionados con operaciones, información y cumplimiento. No se trata simplemente de manuales y formularios, sino de personas en todos los niveles de una organización que impactan en el control interno.

Uno de los marcos más conocidos para la gestión del control interno en entornos tecnológicos es COBIT (Control Objectives for Information and Related Technology). COBIT fue desarrollado por ISACA y proporciona un conjunto de buenas prácticas para el gobierno y la gestión de las tecnologías de la información (TI). Este enfoque ayuda a alinear los objetivos tecnológicos con los objetivos del negocio, garantizando que los recursos informáticos sean utilizados de manera eficiente y segura. COBIT se centra en principios como la responsabilidad, la estrategia, la evaluación del desempeño y la gestión de riesgos, se convierte en soporte esencial para el control interno en empresas modernas.

La importancia del control interno radica en varios aspectos fundamentales. Primero, ayuda a las organizaciones a alcanzar sus objetivos operativos y financieros mientras minimiza sorpresas en el camino. Segundo, facilita la efectividad y eficiencia de las operaciones mediante el uso óptimo de los recursos. Tercero, asegura la confiabilidad de la información financiera que es crucial para la toma de decisiones. Además, garantiza el cumplimiento de leyes y regulaciones aplicables, reduciendo riesgos de sanciones y daños

 
Los objetivos principales del control interno son:
• Salvaguardar los activos de la organización
• Asegurar la exactitud y confiabilidad de la información
• Promover la eficiencia en las operaciones
• Fomentar la adhesión a las políticas establecidas
• Garantizar el cumplimiento de leyes 

Implementar sistemas robustos de control interno como COBIT se ha convertido en una necesidad estratégica