El Presupuesto General del Estado (PGE) prorrogado para 2025 en Ecuador alcanza los $36.063 millones, con una fuerte dependencia de ingresos corrientes, que representan el 57,2%. Entre estos, destacan los impuestos, como el IVA al 15% y el Impuesto a la Renta, que aportan $16.362 millones. También se incluyen $1.939 millones por tasas y contribuciones. Los ingresos petroleros son otra fuente clave, con $453,89 millones por derivados y $1.303 millones por regalías y exportaciones directas. Sin embargo, el presupuesto muestra un déficit estructural, con un 28,93% de financiamiento a través de deuda pública.
Los egresos prioritarios se destinan mayormente a gastos corrientes (56,33%), que incluyen salarios públicos de $9.654 millones y transferencias sociales de $4.786 millones. La inversión en proyectos es limitada, representando solo el 4,98% ($1.797 millones). Para abordar el déficit, el gobierno debe incrementar la recaudación tributaria, enfocándose en la lucha contra la evasión y optimizando el gasto, especialmente en subsidios y nómina pública.
La diversificación de la economía es crucial para disminuir la dependencia del petróleo y controlar el endeudamiento. Además, priorizar proyectos de inversión productiva y revisar las transferencias a gobiernos autónomos ($3.458 millones) podría mejorar la eficiencia fiscal. Sin estas medidas, el déficit y la deuda podrían volverse insostenibles, impactando negativamente la estabilidad económica del país.
El PGE de 2025 enfrenta desafíos significativos que requieren un enfoque integral para garantizar la sostenibilidad fiscal y el desarrollo económico sostenible del Ecuador.