El Presupuesto General del Estado (PGE) 2025 de Ecuador asciende a USD 36.063,02 millones y fue prorrogado respecto al del año anterior. Este instrumento financiero refleja las prioridades del Gobierno en términos de inversión, gasto público y sostenibilidad fiscal. El PGE es esencial para garantizar el funcionamiento del Estado, el desarrollo de obras públicas, la prestación de servicios y el cumplimiento de obligaciones como el pago de sueldos y deudas. La situación económica del país, marcada por ingresos limitados y obligaciones crecientes, ha influido en la configuración del presupuesto.
Los ingresos más fuertes que financian el PGE provienen principalmente de la recaudación de impuestos internos a través del Servicio de Rentas Internas (SRI), como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto a la Renta y otros tributos. A estos se suman los ingresos por comercio exterior, administrados por el Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador (SENAE), así como las rentas provenientes del sector petrolero, aunque estas últimas han disminuido en comparación con años anteriores. En total, los ingresos corrientes ascienden a USD 20.627,62 millones, lo que no es suficiente para cubrir todos los gastos.
Como resultado, el PGE 2025 proyecta un déficit presupuestario de aproximadamente USD 4.809 millones, equivalente al 4,0% del Producto Interno Bruto (PIB). Este déficit implica que el Estado gastará más de lo que ingresará, lo cual genera la necesidad de financiamiento externo y eleva el riesgo fiscal. Para reducir este déficit, el Gobierno debe adoptar una combinación de estrategias: mejorar la eficiencia del sistema tributario sin afectar a los sectores más vulnerables, controlar el gasto público eliminando ineficiencias, promover la inversión privada para dinamizar la economía y aumentar la recaudación, y fortalecer la transparencia y control del uso de los recursos. Estas medidas permitirán avanzar hacia una consolidación fiscal responsable y sostenible.
Los ingresos más fuertes que financian el PGE provienen principalmente de la recaudación de impuestos internos a través del Servicio de Rentas Internas (SRI), como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), el Impuesto a la Renta y otros tributos. A estos se suman los ingresos por comercio exterior, administrados por el Servicio Nacional de Aduanas del Ecuador (SENAE), así como las rentas provenientes del sector petrolero, aunque estas últimas han disminuido en comparación con años anteriores. En total, los ingresos corrientes ascienden a USD 20.627,62 millones, lo que no es suficiente para cubrir todos los gastos.
Como resultado, el PGE 2025 proyecta un déficit presupuestario de aproximadamente USD 4.809 millones, equivalente al 4,0% del Producto Interno Bruto (PIB). Este déficit implica que el Estado gastará más de lo que ingresará, lo cual genera la necesidad de financiamiento externo y eleva el riesgo fiscal. Para reducir este déficit, el Gobierno debe adoptar una combinación de estrategias: mejorar la eficiencia del sistema tributario sin afectar a los sectores más vulnerables, controlar el gasto público eliminando ineficiencias, promover la inversión privada para dinamizar la economía y aumentar la recaudación, y fortalecer la transparencia y control del uso de los recursos. Estas medidas permitirán avanzar hacia una consolidación fiscal responsable y sostenible.