Después de ver el video sobre el Romanticismo, me di cuenta de que sí me considero una persona bastante romántica, no solo en lo sentimental, sino también en cómo veo el amor: como algo profundo, intenso y muy importante. En el Romanticismo se hablaba mucho de los sentimientos, de seguir lo que uno siente sin importar lo que diga la sociedad, y creo que yo también pienso así.
Para mí, el amor es algo que no se puede medir ni controlar. Cuando quiero a alguien, soy capaz de hacer muchas cosas por esa persona: escribirle algo bonito, dedicarle canciones, caminar bajo la lluvia solo para verla, o simplemente quedarme despierto pensando en ella. No me da pena mostrar lo que siento, aunque a veces los demás no entiendan. Eso pasaba mucho en el Romanticismo: los personajes amaban con tanta fuerza que muchas veces sufrían, pero no se arrepentían de haber amado.
También creo que la naturaleza tiene mucho que ver con el amor. Me gusta mirar el cielo, los paisajes o los atardeceres y pensar en la persona que me gusta. En el Romanticismo eso era muy común, porque se creía que la naturaleza reflejaba lo que uno siente por dentro. Si estoy triste, una tarde nublada me lo recuerda. Si estoy feliz, el sol me acompaña.
En resumen, sí soy romántico y creo que el amor vale la pena, aunque a veces duela. Haría muchas cosas por amor, porque siento que cuando uno quiere de verdad, no hay límites. Así lo veían los románticos: con el corazón por delante, sin miedo a sentir.
Para mí, el amor es algo que no se puede medir ni controlar. Cuando quiero a alguien, soy capaz de hacer muchas cosas por esa persona: escribirle algo bonito, dedicarle canciones, caminar bajo la lluvia solo para verla, o simplemente quedarme despierto pensando en ella. No me da pena mostrar lo que siento, aunque a veces los demás no entiendan. Eso pasaba mucho en el Romanticismo: los personajes amaban con tanta fuerza que muchas veces sufrían, pero no se arrepentían de haber amado.
También creo que la naturaleza tiene mucho que ver con el amor. Me gusta mirar el cielo, los paisajes o los atardeceres y pensar en la persona que me gusta. En el Romanticismo eso era muy común, porque se creía que la naturaleza reflejaba lo que uno siente por dentro. Si estoy triste, una tarde nublada me lo recuerda. Si estoy feliz, el sol me acompaña.
En resumen, sí soy romántico y creo que el amor vale la pena, aunque a veces duela. Haría muchas cosas por amor, porque siento que cuando uno quiere de verdad, no hay límites. Así lo veían los románticos: con el corazón por delante, sin miedo a sentir.