¿ROMÁNTICOS?

Soy romántico porque creo profundamente en el poder de los sentimientos sinceros. A pesar de nuestra edad y a pesar de que la vida me ha mostrado que no todo es perfecto, sigo eligiendo ver el lado bello de las cosas. No me refiero solo al amor de pareja, sino a una manera de vivir: apreciar los pequeños detalles, emocionarme con una canción que me recuerda a alguien, o quedarme en silencio contemplando un atardecer que me hace sentir en paz.

Mi felicidad no depende de una sola persona. Me siento completo cuando estoy con mis amigos, compartiendo risas que parecen eternas, y con mi familia, quienes me enseñaron lo que significa el amor incondicional. Ellos me mostraron que amar también es preocuparse, estar presente, y cuidar a los demás sin esperar nada a cambio. Tal vez por eso soy romántico, porque crecí rodeado de afecto real.
Ser romántico para mí también es creer en los gestos que otros ya consideran pasados de moda: escribir una carta, recordar una fecha importante, dar un abrazo sin motivo o dedicar una canción. Es querer construir algo más allá de lo superficial, buscar conexiones profundas, y dar lo mejor de mí a quienes valoro.
En un mundo que a veces corre sin freno, yo elijo detenerme a sentir. Y aunque eso me vuelva más sensible, más soñador o incluso más vulnerable, lo prefiero. Porque ser romántico no es una debilidad, es una forma de vivir con el corazón abierto, de no temer a mostrar lo que siento, y de creer que el amor en todas sus formas sigue siendo muy importante.