Viajé a Macas por amor. Tomé la decisión sin pensarlo demasiado, solo con el corazón empujándome. Recorrí kilómetros con la ilusión de un abrazo, con el nervio de ver a esa persona después de tanto imaginar el momento. No fue un viaje cualquiera, fue una experiencia única, que no se volverá a repetir pero que siempre lo llevaré en mi corazón