Para mí, el romanticismo se manifiesta de otras maneras, quizás más sencillas pero igual de significativas. Se trata de esos pequeños detalles que demuestran que alguien te presta atención y se preocupa por ti. Cómo recordar esa cosa que mencionaste hace semanas y sorprenderte con ella, o hacerte reír cuando estás teniendo un mal día. Un mensaje inesperado que te alegra el momento, o simplemente estar ahí para escuchar cuando necesitas desahogarte.

También creo que el romanticismo tiene mucho que ver con la aventura y las experiencias compartidas. Explorar un lugar nuevo juntos, ver un amanecer desde un punto especial, probar esa comida exótica que tanto queríamos. Es construir recuerdos que solo nosotros dos entendemos y que se convierten en parte de nuestra historia.

Quizás no tengo las respuestas clásicas sobre el romanticismo, y puede que mi definición evolucione con el tiempo y las experiencias. Pero en este momento de mi vida, ser romántico significa ser auténtico, atento y disfrutar de la compañía de esa persona especial, construyendo algo genuino paso a paso. Se trata de la conexión real, de la complicidad y de sentirse cómodo y aceptado tal como uno es. Y creo que en esa autenticidad reside una forma muy sincera de romanticismo,