las personas desde su adolescencia, ha experimentado un profundo vacío emocional, relaciones inestables y conductas impulsivas que han desestabilizado su vida. Su intenso miedo al abandono la lleva a buscar atención de manera impulsiva o a alejar a las personas, manifestándose en conductas de riesgo como autolesiones, consumo de sustancias y sexo inseguro. Tras una ruptura reciente, ha enfrentado crisis emocionales más intensas, recurriendo a pastillas para aliviar su dolor. La falta de apoyo familiar y su situación laboral inestable han agravado su estado emocional.

En cuanto al tratamiento, coincido en que los trastornos del Grupo A requieren un enfoque terapéutico que priorice la confianza y la validación, mientras que los del Grupo B se benefician de límites claros y terapia Dialéctico Conductual para regular sus intensas emociones e impulsividad. La creación de una alianza terapéutica sólida y un enfoque personalizado son cruciales en ambos casos para lograr una mejoría significativa.